Los medios sociales nacen, crecen, se reproducen (aunque ya no es el boom de hace unos meses), y con el tiempo mueren y desaparecen (¿quién se acuerda de Second Life?). Los commhunters (community manager + hunter) no sólo son testigos de este ciclo de vida. También participan en los medios sociales, escuchando, colaborando en wikis, dialogando a través de redes, sindicando contenidos. Además son los localizadores de tendencias 2.0.
Pero no hablemos de commhunters. El tiempo (ciclo de vida) es el que nos aporta visión y la distancia para encajar cada pieza en un lugar. Hay ciertos aspectos que ya están interiorizados a nivel colectivo (y no hay que explicarlos). Hagamos la prueba. Busquemos relaciones entre una palabra y su significado. Tuenti, adolescente. Facebook, todos. MySpace, música. Wikipedia, enciclopedia. LinkedIn, profesional.
Precísamente de estas últimas quería hablar. Las redes profesionales como Xing, Viadeo o LinkedIn van camino de convertirse en la nueva cola del paro. Pero no son únicamente un lugar para colgar el curriculum (sin más). Permiten establecer una red de contactos, facilitan la integración del usuario en grupos de sectores profesionales (como Bits PR), o pueden servir de punto de partida para hacer negocios. Y como en cualquier otra red social, el éxito de éstas radica en los individuos. Esa es la clave de los medios sociales (profesionales o no). El éxito (y el poder) está en manos de los usuarios.
Lejos de lo que se pueda pensar, las redes profesionales no son un espacio exclusivo para ejecutivos encorbatados (donde la gente se trata de usted). Se valora la calidad del contenido, la red de contactos y la participación. Ya no es noticia contratar personal después de localizar a los candidatos a través de redes sociales. Eso forma parte también del ciclo de vida, se normalizan unas cosas y vendrán otras. Commhunters, ¿cuál será la próxima sorpresa de Internet? ¿El helado de Twitter?
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