Sentí un colapso interior. Después vino la incomprensión. Los recuerdos. Hay ciertos símbolos que permanecen inmortales en mi memoria. Me cuesta creer que van desapareciendo todos.Me explico. Esta semana volví al Cine Avenida de la Gran Vía madrileña. Mejor dicho, lo que queda de él. En su lugar han abierto una tienda HM que acaba de ser inaugurada. Para lograr tal despropósito fue necesaria una "recalificación" del espacio (decisión política triste). ¿Cómo es posible que un espacio cultural pueda convertirse en centro comercial? No, si al final será cierto que en Madrid la cultura está en venta.
Lo único que queda del cine es un patio de butacas sin butacas (bueno, había perchas) y el cartel de Sala 1, un homenaje (insultante) al pasado. Ni limpiabotas en la puerta. Ni cartelera. Ni taquilla. Ni películas. Ni palomitas. Me cuesta digerirlo. Y no es la primera vez.
Tengo el síndrome de los Hermanos Alcázar. Para los que no sepan a qué me refiero: Hace unos años se cerró la mítica tienda de discos Madrid Rock. También en la Gran Vía. A pocos metros del (ex) Cine Avenida. En la misma acera (debe estar maldita). En su lugar se abrió otra tienda de ropa. Muchos quedaron "tocados" por el cerrojado. No lo superaron. Y decidieron quedarse allí a vivir, en la puerta de lo que había sido un paraíso llamado Madrid Rock. Todavía hoy puedes encontrarles allí. Son los Hermanos Alcazar, dos heavys de toda la vida. Residen en la puerta, como esperando a que algún día vuelvan abrir su tienda de discos.

2 comentarios:
Te "leo" melancólico Diego... :-) Precioso post, me ha encantado!
Amén :(
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