Siempre lo he dicho. Para poder criticar un disco o un grupo, antes hay que escucharlo. Con los contenidos de televisión me ocurre lo mismo. Es fácil enjuiciar sin ver. Además, los programas de telebasura nos lo ponen a huevo. Pero insisto, me gusta conocer su funcionamiento, sus puntos débiles (y sus fortalezas), antes de formar mi opinión al respecto. Y para eso hay que encender el televisor y ver.
Este discurso no es más que una excusa para decir abiertamente que este verano he visto Sálvame, ese programa de Telecinco presentado por Jorge Javier Vázquez, que comparte cartel con personajes de la talla de Belén Esteban (prefiero obviar el enlace aunque eso me reste la posibilidad de aparecer más arriba en Google). Y os puedo asegurar que algo he aprendido de la experiencia.
Hay un fenómeno televisivo que me llama poderosamente la atención. Transurre el programa con su crónica social, discusiones desgastadas, efímeras, polémicas amarillentas. Y de repente, suena un móvil. Los contertulios descuelgan una y otra vez su teléfono para hablar con el exterior. El presentador interrumpe la dinámica del programa y dice, "atención que Karmele Marchante ha recibido una llamada de su abogado", "Ojo que Lydia Lozano está al otro lado del teléfono con fulanito de tal recibiendo amenazas".
En el cine (ese que está en peligro de extinción, y sino que se lo digan a la "despoblada" Gran Vía madrileña), ocurre lo contrario. Nos invitan a desconectar el móvil antes de que comience la película. Pero ¿qué le ocurre a Sálvame? ¿Se debe a falta de educación? ¿Quizá quieren abrir el programa al mundo exterior de las noticias (faranduleras), en un intento por ir más allá del plató? ¿Es una forma premeditada de crear nuevos canales de polémica en vivo? ¿Una fórmula para generar dinamismo y expectacion?
Estoy seguro de que es premeditado. También estoy convencido de que la dirección del programa busca la cercanía y "recrear" situaciones de la vida real ¿quién no ha interrumpido una conversación por una llamada inesperada? La diferencia es que aquí esa llamada trasciende y se comparte con el público. Esté de acuerdo o no con la fórmula, al menos suceden cosas y hacen pensar, incluso la telebasura. ¿Veremos algún día a Matías Prats cortando en seco un titular para decir, "un momento que me llaman"?
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