martes, 5 de mayo de 2009

Con los oídos pegados a Spotify

Pocas veces he sucumbido ante un capricho digamos "promocional", sintiendo que estaba ante la oportunidad de mi vida. Una de ellas fue en el 89. Pepsi me mandó a casa (gratis) la camiseta de Madonna del disco Like a Prayer. Y es que desde pequeño ya apuntaba maneras. Me apasiona la música. Por eso hoy hablaré de música, porque ha ocurrido algo.

Pero antes de desvelar más detalles, miremos al pasado. Ocurrió hace un par de años. Sala Moby Dick (Madrid). Acababan de suspender un concierto. No duró más de media hora. Había varios heridos. El cantante del grupo había destrozado parte de la sala. En uno de sus arrebatos se colgó del techo. Él y una inmensa bola de cristales se precipitaron al vacío y cayeron sobre los espectadores, dejando a su paso varias cabezas abiertas. A la salida estaba la policía, tomando nota de las pertinentes denuncias. Los diarios del día después hablaban de vergüenza, ¿una operación de marketing para promocionar al grupo?

Fui testigo del numerito y de un ruido descafeinado, mal entendido, mal interpretado por aquella banda de niñatos. Dos años después se me han pegado los oídos (como las sábanas) a Spotify. Estoy escuchando el segundo disco de The Horrors, los mismos que dejaron su tarjeta de presentación en Madrid hace dos años. Huele a garaje, a Joy Division, a The Cure y en algún momento a The Doors. Grata sorpresa.

Pero todo esto no era más que una excusa para hablar de Spotify. Antes comprábamos discos. Los poseíamos. Los exhibíamos en estanterías. Después descargábamos archivos. Los poseíamos. Los acumulábamos en el MP3. Ha llegado la era de no poseer nada. Ni discos, ni archivos. La música está ahí. Suena. Gratis. Sólo necesitas Internet, que algún día también será gratis. Sí, Internet será gratuito y accesible (en las ciudades). Algún día. ¿Lo crees?

1 comentario:

Elia dijo...

Iría aún mas lejos...podría convertirse en un derecho fundamental del hombre.
Prohibir el acceso a Internet sera la nueva forma de fomentar el oscurantismo. Eso será la arma de las dictaduras y otras oligarquía del futuro.
Me gusta tu blog by the way:-)