La política me gusta, los políticos me aburren. Y éste no es un blog para hablar de ministras que se reúnen con blogueros, ni de artistas reunidos que amenazan a políticos con la llegada del juicio final (para los que aún no sepan de qué estoy hablando, pueden hacer clic en los enlaces y leer a Enrique Dans e Ignacio Escolar).
Ambos temas (me) inquietan, afectan, atraen, motivan e incluso hacen pensar. Son dos noticias sintomáticas. Internet gana peso. Los medios sociales se "democratizan". Pero no diría que “se avecinan tantos cambios” (como me gustaría). Más bien, ha comenzado a exteriorizarse lo que meses (años) atrás se fue tejiendo. Como en tantas otras cosas, pasamos del anonimato a la moda. De lo contrario sería imposible entender lo que ocurre con la publicidad de esta navidad. El regalo estrella: un móvil (o una cámara digital) con acceso a redes sociales.
Ojito, que hay otra cara relacionada con tanta difusión. Redes sociales por aquí, redes sociales por allá. Un simple análisis de los informativos de televisión te lleva a la siguiente conclusión: red social=peligro. Ayer viendo una trágica noticia se señalaba que "lo último que hizo la víctima fue conectarse a las redes sociales", como si las redes sociales fueran el origen del mal. ¿Ya no te acuerdas cuando a los videojuegos les pasaba lo mismo?
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1 comentario:
es el riesgo que corren las cosas cuando se masifican. que se convierten en herramientas también para hacer el mal. pero la culpa no es de la herramienta obviamente
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