martes, 15 de junio de 2010

La generación que no sabrá lo que es Telecinco ya ha nacido

Todavía no habla, apenas dice alguna palabra, pero mi sobrinita ya sabe lo que es la televisión a la carta. No es ficción (y seguro que no es un caso aislado entre los de su edad). Prefiere que encienda el ordenador y le ponga los vídeos que más le gustan de Youtube, antes que sentarse delante de la tele para ver lo que las cadenas ofrecen. Posiblemente, y si el consumo de contenidos audiovisuales sigue esta evolución, estemos ante una generación que no sabrá lo que es Telecinco, Antena 3 o laSexta, simplemente porque nunca habrá visto la tele.
¿Exagerado? Como mínimo impensable para un treintañero como yo. Mis primeros recuerdos de la tele son en blanco y negro. Los de mi generación fuimos testigos de la llegada del color, de las cadenas privadas, el VHS y el mando a distancia (y como consecuencia, el zapping). Somos emigrantes digitales que pasamos del Commodore 64 a la Generación MySpace en un abrir y cerrar de “Messenger”. ¿Quién se acuerda ya de Second Life?


Cambios a gran velocidad. Tanto es así que hoy 1 de cada 5 españoles tiene una cuenta en Facebook (10 millones de personas, que se dice pronto). Series como Lost se han visto más desde el disco duro de un ordenador que a través de la tele. La red social Tuenti ha superado los 1.100 millones de páginas vistas a través de terminales móviles. Y hasta Spotify se ha atrevido a lanzar un coche (supongo que a golpe de talonario), el Smart Spotify. ¿Se detendrá en seco en medio del asfalto cada 500 metros para recordarte que pagues por la versión Premium?
No es el futuro, es el presente. Sin embargo, me atrevo a decir (justo en la semana en la que se celebra el encuentro La Red Innova) que la televisión no está muerta. Al menos, no del todo. Todavía forma parte del presente (quizá no del futuro). Y los que sólo miran en una dirección están dejando escapar oportunidades (todavía). Dicho de otra manera, imagina que en un par de meses fueran a desaparecer todas las canciones de los Beatles (esto sí es ficción). ¿No aprovecharías esos dos meses para seguir escuchándoles?

Os doy más detalles de un caso real. Una aparición en televisión (apenas 50 segundos) en los informativos de fin de semana de una cadena nacional puede disparar por 6 el tráfico de una página web y multiplicar por 10 el número de nuevos registros. ¿Dejarías escapar esta oportunidad? Sí, si la acción no me ayuda a cumplir objetivos estratégicos, ¿para qué malgastar el tiempo o matar moscas a cañonazos? O no, si la acción está integrada dentro de un plan, complementa a otras, persigue unos objetivos concretos y apunta hacia un target bien definido.

Mientras seguimos construyendo una red innovadora, pensamos en las generaciones que nunca habrán visto la tele, emigramos al mundo digital, aprendemos de los nativos digitales, fabricamos estrategias para medios sociales y planificamos “online”, no olvidemos el camino off line que nos trajo hasta aquí. Puedes estar dejando escapar oportunidades.

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