
Fíjate, a diario nos comportamos de forma automática en miles de situaciones. ¿Serías capaz de transformar un acto involuntario, común, generalizado, en una experiencia única? Eso es exactamente lo que logró Wrigley, fabricante de chicles, al convertir un simple trozo de cartón en el protagonista de una increíble campaña.
Esta es la gran historia de un vulgar ticket de parking que se convirtó en soporte publicitario, que fue capaz de mostrar el beneficio del producto, el sabor a menta, y que logró sorprender de manera inesperada al consumidor. Un simple objeto, un gesto insconsciente, dan lugar a una nueva experiencia. ¿Quién no se ha metido en la boca un ticket de parking al entrar al garaje? Simplemente espectacular.
Observando los comportamientos podemos convertir un objeto insignificante en soporte de la mejor campaña de comunicación.
Fuente: Ads of the world.
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